4 de febrero
Domingo V
I Cor 9, 16-19.22-23 ¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!
¡Ay de mí si no anuncio el evangelio! ¡ay de mí, Señor, si no doy testimonio de ti con mi vida, con mi palabra, con mi trabajo, con las tareas que me tienes encomendadas, con mis idas y venidas, con todo mi tiempo, con todo mi ser!¡Ay de mi si hago espacios reservados que no te entrego a ti, hasta consumirme para proclamar y anunciar tu buena noticia de salvación para la humanidad! Hazme cada día más apóstol tuyo.
Dime Jesús ¿hacia dónde voy?
algunos días caigo en tierra y me disuelvo como la nieve
corro, tropiezo, me paro, te miro y me pregunto: ¿irá tu tiempo al compás del mío?
Sé que me hablas y me miras. Sé que me esperas.
¿por qué entonces tus palabras no aparecen en mi boca? ¿por qué el silencio me cubre de vergüenza?
Jb 7, 1-7 ; 1 Co, 16-19.22-23
En este día que por la nieve y el frío no voy a salir,te lo ofrzco por los que están a tu servicio aprovechando toda ocasión para proclamar tu presencia vital y activa en el mundo.