9 de enero
Miércoles después de Epifanía
I Jn 4, 11-18 Su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.A Dios nadie lo ha visto nunca. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado a plenitud. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él. Tú el amor que nos ofreces para que amemos como tú nos amas, comprendamos que es el amor en plenitud. Amarte, en tu amor amar a todas tus criaturas, y dejarse caer enamorado, hasta perderse y desaparecer en el misterio de tu amor.
A Dios nadie lo ha visto nunca, pero olemos el olor de su presencia, vemos los colores de sus cosas, oímos las palabras de su boca y sentimos las caricias de su amor.
Qué misterio nos rodea!!
Tiu amor me corona,
con una corona de flores silvestres,
entretejidas de realidad.
Tu amorme viste de gala y de hermosura,
me desposa en tu palacio real.
Cuando llega la noche y todo se derrumba es difícil verte, sin embargo es cuando más cerca estás, tanto que tus caricias desencadenan el llanto