26 de octubre
XXX Domingo
Mt 22, 34-40 Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón con toda tu alma con todo tu ser
Con todo mi ser, que es don tuyo. Con mis ojos, con mis labios, con mi garganta, con mi respiración, con mis entrañas, con mis deseos, con mis sueños, con mis debilidades, con mis fortalezas, con mi todo, con mi nada que es todo en tus manos, con tus manos que me sostienen y me acurrucan en tu amor, te amaré así todos los días de mi vida, con todo mis ser, hasta morir de amor, loco por ti.
Qué siempre tenga presente Señor, que amarte a Ti, con todo mi corazón, es verte y amarte en todos mis hermanos, darme por completo a los que sufren y le encuentra poco sentido a la vida.
Ése es mi ruego de hoy ante la Palabra proclamada y meditada..
Líbrame de mí, de mis miedos, de mi angustia, de mi pasado
Arrasa con todo lo que no seas tú
Quema con tu aliento hasta la última brizna de orgullo
Aniquila todo pensamiento que no proceda de ti
Escribí estos versos hace más de dos años y hoy me pregunto si quiero más a Dios y a mi hermano/a