0 de diciembre
Miércoles II de adviento
Is 40, 25-31 El da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido
Así eres tú, Señor, nuestro Mesías, nuestro Salvador, nuestro restaurador. Así nos sigues llamado a los que estamos cansados y agobiados, pues tú nos aliviarás. Así llegas, como aquél que en la debilidad renuevas las fuerzas, las fuerzas de los que esperamos en Ti, aunque sigamos siendo débiles. Así llegas, para darnos alas de águila, para que corramos sin cansarnos, marchemos sin fatigarnos, siguiéndote a ti. Que llegas, que ya estás.
Recibo tu fuerza cada día cuando estoy cansada, agobiada, sin fuerzas para seguir, con miedo, entonces me siento delante tuya y te miro, no necesito decirte nada y tú me alivias, me renuevas las fuerzas para seguir, me das alas de águila para volar sin cansarme, sin fatigarme, sin afligirme por nada, sin tener miedo a nada. Por eso en este Adviento, mirando a María, me preparo a recibirte, te espero, te siento paraque llenes mi debilidad de grandeza.