Adviento IX

6 de diciembre
Martes II de adviento

Is 40, 1-11 Consolad, consolad a mi pueblo

Toda la poesía que hay en las profecías de Isaías, que en adviento siempre regocijan mi corazón con la belleza que contienen, está encaminada a ser fuente de consuelo porque tú te acercas, porque te compadeces, porque te haces carne para nuestra salvación. Adviento para esperarte y desearte, y entre el deseo y la espera ser consuelo para todos aquellos que viven en las tinieblas y sombras de muerte que tú vienes  a iluminar.

Autor: Nano SM

Religioso Marianista, sacerdote. Actualmente trabajo en la pastoral de un colegio en Madrid, precisamente donde estudié y sentí la llamada a la vocación religiosa. Desde hace tres años escribo cada día un comentario a la Palabra de Dios, que me ayuda a encarnarla y a darla a los demás. De alguna manera participo en la misión de María, dando a Jesús, dando su Palabra.