Tu dicha

16 de diciembre
Sábado II de adviento

Eclesiástico 48, 1-4.9-11b Dichosos los que te vieron y se durmieron en el amor

Verte. Contemplarte. Y caer rendido. ¡Ven, señor Jesús! Déjame en ti perdido, entre las azucenas olvidado, pues ni guardo ganado ni ya tengo otro oficio que tan solo en amarte es mi ejercicio.