Alabad

10 de junio
Sábado IX

Tobías 12, 1-5 Alabad a Dios y dadle gracias ante todos los vivientes por los beneficios que os ha concedido

Eso hago en este momento. eso os invito a hacer: te alabo, Señor, Dios de mi vida, por tanto don, por tanta bendición.

Te he visto

9 de junio
Viernes IX

Tobías 11, 5-18 Ya te he visto hijo, ya puedo morir

Morir tras verte, porque al verte como tú eres, Dios nuestro, seremos para siempre semejantes a ti y cantaremos eternamente tus alabanzas, por Cristo Señor nuestro. Semana de luz, semana de vista, semana de mirarte hijo, de hacerme hijo en ti, semana de mnuerte y de vida en tu nombre.

Ves

8 de junio
Jesucristo Sumo y Eterno sacerdote

Gn 22, 9-18 Abrahán llamó a aquél sitio el Señor ve

Tú ves, señor, el fondo de cada corazón, y sondeas mis entrañas. Como las de Abrahám, dispuesto a sacrificar su hijo, su único hijo, el hijo de la promesa. Como las de Jesús, en el huerto de los olivos, padeciendo una tristeza de muerte, pronto al sacrificio de su vida. Tú ves la vida puesta en tus manos, en confianza plena, con esperanza cierta, con amor entregado. Dame, Señor, una vida así: vista por ti, unido a Cristo, sumo y eterno sacerdote.

Desesperado

7 de junio
Miércoles

Tobías 3, 1-11.16-17 pediré la muerte al Señor, para no tener que oír más reproches en mi vida

Leo esta frase, que es confesión desesperada, y pongo ante ti a todos los que desean la muerte, los que viven sofocados por los reproches ajenos, los que no son valorados, los que no son reconocidos, los que pasan desapercibidos, los que son maltratados, los que viven sin la dignidad humana, los que habitan en tinieblas y sombras de muerte, los que te solicitan la muerte para no oír más reproches, en tus manos, Señor, tanta desesperación. Transfórmala en vida.

Sin ver

6 de junio
Martes IX

Tobías 2, 9b-14 Cuatro años permanecí sin ver

Me dice un fotógrafo mexicano que ha recibido el nombre de Kaigen, ojo que ve. Ojo que busca tu luz, Señor, y la refleja. Ojo que muestra tu claridad. Ojo en tu ojo misericordioso. Ojo de amor. Ojo que ve en l realidad, cualquier realidad, tu presencia alentadora. Mientras tanto, mientras no abrimos ese ojo, mientras las escamas nos ciegan, permanecemos como Tobías, años sin ver. Sin verte.

Tus mandatos

5 de junio
Lunes IX

Salmo 111 Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos

Dichoso quien en el tiempo ordinario, al que hoy volvemos después de tanta paz, luz, alegría y aleluya pascual, de tanta vida, dichoso quien en medio de su vida, en lo sencillo, en lo cotidiano, en lo ordinario, sabe te tu presencia alentadora, y se ve rodeado de la gracia de tu abundancia, de tu paz, de tu luz, de tu alegría, y se ve mecido, desde que sale el sol hasta su ocaso, por el aleluya imperceptible de tu amor, que transforma la vida.

Sígueme

3 de junio
Sábado VII de Pascua

Jn 21, 20-25 Tú, sígueme

Lo escucho de nuevo, hoy: tu, sígueme. Cada día sígueme. desde que se levante el sol hasta su ocaso, sígueme. En todo momento, en toda circunstancia de tu vida, sígueme. Que se alegre tu corazón y se gocen tus entrañas en mí, sígueme. Tomad señor y recibid todo mi ser, tú me lo diste, a tí te lo devuelvo. Sígueme. En el centro de tu ser te estoy ofreciendo ser. Sígueme.

¿me amas?

2 de junio
Viernes VII de Pascua

Jn 2, 15-19 ¿Me amas?

Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo. Y mientras miserable-/mente se están los otros abrazando/ con sed insacïable/ del peligroso mando,/tendido yo a la sombra esté cantando./A la sombra tendido,/de hiedra y lauro eterno coronado,/puesto el atento oído/ al son dulce, acordado,/ de tu voz amada que me pregunta, ¿me amas?

mi bien

1 de junio
Jueves VII de pascua

salmo 15 Tú eres mi bien

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.».El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha.

Solo tu Palabra expresa lo más intimo del corazón, y me desaparece en ti para seguir alabando tu gloria eternamente.