Magdalena

10 de abril
Lunes santo

Jn 12, 1-11 María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies, y se los enjugó con su cabellera.

Por amor. Solo por amor. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. A nuestro lecho florido, ven, austro, que recuerdas los amores, aspira por mi huerto, y corran sus olores, y pacerá el Amado entre tus flores.

Domingo de Ramos

9 de abril
Domingo de ramos

Fil 2, 6-11 Se despojó de sí mismo y tomó la condición de esclavo

Eres aclamado como Rey, hosanna, hosanna, bendito el que viene en el nombre del Señor, y ya te has despojado de ti mismo, de tu ser, para quedarte desnudo en manos de Dios. Para hacer su voluntad, para darte por amor, alejado de todo lo que no sea el ser del ser en el abandono más radical, el de la muerte. Comienza hoy tu pasión. Te contemplo, Señor, y te pido me unas cada día más a ti en el amor.

No entendéis

8 de abril
Sábado V de cuaresma

Jn 11, 45-57 Vosotros no entendéis ni Palabra

Eso es lo que me pasa, señor. No entiendo nada. Ábreme los ojos de la mente y corazón para comprender el misterio de tu muerte y resurrección, el misterio de tu pascua, que se aproxima, hazme vivir en ti, padecer contigo, morir contigo, resucitar contigo, aunque no entienda nada.

Escabullirse

7 de abril
Viernes V de cuaresma

Jn 10, 31-42 Intentaban apedrearlo, pero se les escabulló de las manos

Para ser libres, Cristo, nos has liberado. Líbranos de las ataduras del consumo, de la injusticia, de la impiedad, de la insolidaridad, del cerrar la carne a la carne del hermano que está pobre o desamparado, del que se siente solo, está explotado o deprimido, del afligido que no tiene redentor. Redímeme del egoísmo atroz que me atenaza.

Míos

5 de abril
Miércoles V de cuaresma

Jn 8, 31-42 Si permanecéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos

Anídame en tu palabra, átame a ella con las cadenas de tu amor, hazme carne de tu boca, que todo mi ser te exprese en el silencio de la dicha. Tú, solo tú, me engendras, me encarnas, me das vida con tu Palabra, me haces discípulo tuyo.

Grito

4 de abril
Martes V de cuaresma

Salmo 101 Que mi grito llegue hasta ti

Es el grito de la humanidad herida, el alarido de la injusticia que quiebra las cumbres lejanas, sube hasta ti el dolor por la opresión de tu pueblo, a la que contribuyo con mi bienestar. Señor, ten piedad de tu pueblo. Señor ten piedad de mi.

Hipócritas

3 de abril
Lunes V de cuaresma

Jn 8, 1-11 El que esté libre de pecado que tire la primera piedra

Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que ponéis delante de mí a la mujer adúltera, a la mujer que se prostituye, a la mujer que fue hombre y ahora es mujer por una operación, porque se considera mujer en su ser, porque se disfraza de lo que aspira a ser, de la mujer divorciada y vuelta a casar, ay de vosotros, pendientes de la última tilde de una ley a la que olvidáis ponerle la clave de la misericordia, el perdón, la acogida incondicional, hacéis que siga inclinado, escribiendo sobre la arena desde hace veinte siglos, mientras os sé tan pecadores como ellas, travestidos de hipocresía, clericalismo y falsedad. Ay de vosotros, marchaos y dejad a la bendita humanidad en paz.

Lázaro

2 de abril
V domingo de cuaresma

Jn 11,1-45 Señor, si hubieras estado aquí, no hubiera muerto mi hermano

Imposible no pensar en la muerte del hermano de un amigo, sacerdote, que falleció repentinamente, joven aún, cansado de vivir, con las heridas del terrorismo abiertas asún después de tantos años, víctima de un terrorismo sin justicia, sin posibilidad de paz ni reconciliación. Esta mañana he celebrado la eucaristía por él, a la hora que escribo ésto, bien lejos, se está celebrando la eucaristía por él en Madrid, donde vivía, donde murió, tras haberlo enterrado hace días en el País Vasco. En el mismo evangelio dices: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. el que cree en mi aunque haya muerto, vivirá, crees esto?» Y pronuncio la confesión de fe en nombre de tantos cansado y agobiados: Sí, Señor, yo creo que tú eres el mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo»
«No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?