Confundidos

17 de febrero
Viernes VI

Gn 11,1-9 Por eso se llama Babel, porque confundió el señor la lengua de toda la tierra

Y seguimos con la lengua confundida, Señor, incapaces de entendernos, ni tan siquiera en el lenguaje de la misericordia y la compasión, del amor que procede de ti, sin comprender al otro en su verdad de ser humano, hecho a tu imagen y semejanza. Aún andamos sombríos y dispersos, confundidos, sin saber que todos somos hermanos, hijos tuyos, de la misma humanidad.