Rencor

19 de febrero
Viernes I de cuaresma

Mt 5, 20-26 Si cuando vas a poner tu ofrenda ante el altar

Líbrame del rencor, Señor, del recuerdo lacerado, del dolor estéril, de los dimes y diretes, de la animadversión contra alguien, del mal del murmullo, dame tu corazón sencillo, olvidado de sí, para perdonar las ofensas, a quien me haya ofendido, a quien crea que me ha ofendido, desata mis nudos de odio y rabia, hazme dócil en el amor, amante de pedir perdón.

02.19

Aceptación

17 de febrero
Miércoles I de cuaresma

Jn 3, 1-10 Levántate y vete a Nínive

Siempre me quejo de estar en Nínive, Señor, sin darme cuente que es la misión que tú me has encomendado. Sigo fantaseando con la cebollas de Tarsis, sus playas, su sol, me confundo, ¡me engaño?, creyendo que su sol eres tú, que alumbras para mí, lleno de luz oscura, en el Nínive de mis destierros. Donde me haces testigo de tu misericordia.

02.17

Prójimo

15 de febrero
Lunes I de cuaresma

Mt 25 Porque tuve hambre y me distéis de comer

Pones ante mis ojos esta frase de Carlos de Foucauld: «Compartamos, compartamos, compartamos todo con ellos (los pobres) y démosles la mejor parte, y si no hay bastante para los dos, démosles todo. Es a Jesús a quien se lo damos (…) y si después de haberlo dado todo, para él, a él en sus miembros, morimos de hambre, bendita suerte» Y en el silencio que sigue a la lectura, en la oración, pido que me conviertas a tu carne en la carne del prójimo necesitado.

02.15

Leche y miel

14 de febrero
I Domingo de cuaresma

Dt 26, 4-10 Nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel

El desierto de la cuaresma fecunda la tierra que mana leche y miel. Aridez de las tentaciones, zumo de leche, manjar de miel, don de tu abundancia. En medio de la carencia anhelos saciados por tu misericordia. En la nada tu generosidad radiante, el don de tu salvación, tu pan que alimenta. Me postro en la intimidad de tu inmensidad, flor de cactus peregrino, te adoro en el silencio fecundo, sostenido por la mano de tu ángel. Líbrame del mal, no me dejes caer en tentación, Señor, Jesús.

02.14

Con el novio

12 de febrero
Viernes después de ceniza

Mt 9, 14-15 ¿Es que pueden guardar luto los invitados mientras el novio esté con ellos?

He de amoldarme a ti como el río a su cauce, como el mar a su playa, como la espada a su vaina. He de correr en ti, he de cantar en ti, he de guardarme en ti ya para siempre. Fuera de ti ha de sobrarme el mundo como le sobra al río el aire, al mar la tierra, a la espada la mesa del convite. Dentro de ti no ha de faltarme blandura de limo para mi corriente, perfil de viento para mis olas, ceñidura y reposo para mi acero. Dentro de ti está todo; fuera de ti no hay nada. Todo lo que eres tú está en su puesto; todo lo que no seas tú me ha de ser vano. En ti quepo, estoy hecha a tu medida; pero si fuera en mí donde algo falta, me crezco… Si fuera en mí donde algo sobra, lo corto. (Dulce María Loynaz)
He de amoldarme a ti, Señor, novio de mi existencia, amado mío.

02.12

Seguirte

11 de febrero
Jueves después de ceniza

Lc 9, 22-25 El que quiera seguirme

El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo Llévame Señor contigo, pues el pensar que te vas me causa un terrible miedo, de si yo sin ti mi quedo, de si tú sin mí te vas. Llévame en tu compañía donde tu vayas, Jesús, pues bien se que eres tú la vida del alma mía. si tú vida no me das yo sé que vivir no puedo, ni si yo sin ti me quedo, ni si tú sin mí te vas. Por eso, más que a la muerte temo, Señor, tu partida, y quiero perder la vida mil veces más que perderte….porque el que pierda la vida por mi causa la salvará ¿de qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o perjudica a sí mismo?

02.11

Miércoles de ceniza

10 de febrero
Miércoles de ceniza

Jl 2, 12-18 Ahora convertíos a mí de todo corazón

Ahora mismo, hoy, es el tiempo de gracia y salvación. Conviérteme a ti de todo corazón, con todo mi ser, sin escape posible. Derrúmbame de mis alturas, hazme consciente de mi pequeñez. Quema mi corazón obstinado, alejado de ti. Esparce mis cenizas entre las arenas del desierto. Hazme polvo y olvido de mi mismo, para que pueda entregarme, desaparecido en ti, y devolver la vida a los que andan cansados y agobiados, como ovejas sin pastor. Haz de esta cuaresma, Señor, un tiempo donde pueda vivir de tu misericordia, y transmitirla.

02.10