Adviento II

30 de noviembre
San Andrés

Rm 10, 8-18 Si tus labios profesan que Jesús es el Señor

Que mi labios profesen que tú eres el Señor, que mis labios canten tu alabanza, que mis labios besen tu rostro de misericordia, que mis labios beban de tu pecho las delicias de tu corazón. Que mis labios, Señor, mi corazón, mi ser entero, sean tuyos siempre, en todo momento, mecidos por el oleaje de tu amor.

11.30