Peregrino

25 de julio
Sábado XVI

II 4, 7-15 Una fuerza tan extraordinaria es de Dios

Peregrino hacia ti, Señor, por amor a tu nombre. Sé para mi compañero en la marcha, guía en las encrucijadas, aliento en el cansancio, defensa en los peligros, albergue en el camino, sombra en el calor, luz en la oscuridad, consuelo en el desaliento y firmeza en el propósito de seguirte cada día para que, por tu guía, llegue incólume al término de mi camino, enriquecido de gracias y virtudes, lleno de perenne alegría. En tus manos.

07.25