Visión

20 de junio
Sábado XI

II cor 12, 1-10 Se de un cristiano que hace años fue arrebatado hasta el tercer cielo

Ahí estabas tú. Sin que yo supiera cómo, mientras la noche se disolvía en estrellas lejanísimas y la tierra se llenaba de rocío. En una claridad de luz inmensa tras la oscuridad oscura. En medio del camino, con la mies ya cosechada, el campo sin grano, el horizonte abierto. En un día de salvación como cualquier día, y sin embargo infinito. Llamándome a la donación total, a la compasión sin límites. Con pocas palabras. Solo adorando, tú mi tesoro.

06.20