Gracias

30 de mayo
San Fernando

Ecl 51, 17-27 Doy gracias

y alabo y bendigo el nombre del Señor. Siendo aún joven, antes de torcerme, deseé la sabiduría con toda el alma, la busqué y hasta la muerte la perseguiré. Mi corazón goza con ella, cuando la atisbo. Presté oído un poco para recibirla, y alcancé doctrina copiosa; su yugo me resultó glorioso, daré gracias a quien me enseñó; decidí seguirla fielmente, mi alma se apegó a ella, no apartaré de ella mi rostro; mi alma saboreó sus frutos, la miraré, la contemplaré.

05.30