28 de abril
Martes IV de Pascua
Jn 10, 22-30 Mis ovejas escuchan mi voz
Tu voz amada, tu voz suspirada, tu voz que anida en mi corazón, tu voz poderosa, tu voz de trueno que retumba con el fragor del trueno y me llena de paz en la desazón, tu voz tierna, tu voz que llama, tu voz que envuelve, tu voz conocida, tu voz deseada, tu voz que sacude los entresijos de mi alma, tu voz y tu palabra que me muestra tu voluntad, tu voz de silencio sutil, tu voz que llena la nada. Tu voz de buen pastor.