Arder

4 de mayo
III domingo de Pascua

Lc 24, 13-35 ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino?

No se, Señor mi bien, mi amado, si arde mi corazón o no arde, si te presiento por el camino, si te reconozco al partir el pan. No sé si se inflaman mis amores, o quedan recogidos, o alborotados, si huyo de Jerusalén sin ti, si regreso contigo. A estas alturas apenas se que aunque no sepa nada siempre vas conmigo, y tu presencia me acompaña en todo momento, ahora mismo, mientras te escribo, aunque no arda mi corazón mientras me hablas por el camino.

05.04