Pascua IV

23 de abril
Miércoles octava de Pascua

Lc 24, 13-35 ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino?

Arde mi corazón con tu palabra, con tu presencia presentida, por el camino del abandono arde, por el sendero de la desilusión arde mi corazón, sin saber todavía que estás cambiando mi luto en danzas, que rompes mi sayal para vestirme de fiesta, pues tú vas conmigo, y tu ser transforma mi ser, lo adensa. Me dejas al acecho de tu vida, atento a tu paso por mi vida, tan continuo, tan inesperado, tan real y veraz.

04.23