Adviento II

2 de diciembre
Lunes I de adviento

Mt 8, 5-11 Ven

Qué alegría, Señor, cuando escucho tu llamada: ¡ven! Y aunque no la escuche claramente, la intuyo, porque arde en mi corazón el deseo de ti: ¡ven! Y aunque no la escuchara en absoluto querría que el recuerdo de tu gozo me sepultara como los copos de nieve y pudiera morir helado yendo a ti, aún sin saberlo, mi joya y mi gloria, mi danza sin fin.

12.02