La madre de mi Señor

21 de diciembre
III viernes de adviento

Lc 1, 39-45 ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?

Levántate, amada mía, paloma mía, ven a mí. Trae en tu seno a mi amado, cervatillo que atisba con mirada de amor. Trae a mi amado y regocíjame con el gozo de la primavera en el invierno, de las flores de la vega, del arrullo de la tórtola, de los frutos en la higuera, de la viña en flor. Blanca paloma, que anidas en los huecos de la peña santa, déjame ver tu figura encinta de salvación, déjame escuchar la dulzura de tu voz proclamando la grandeza del Señor, frágil como un pichón.