Momento final

31 de diciembre
Octava de Navidad

I Jn 2,18-21 Nos damos cuenta que es el momento final.

Todo el tiempo está en ti, como en una gavilla. Mil años en tu presencia es un ayer que pasó, una vela nocturna, Señor Jesucristo, ayer, hoy y siempre. En el principio ya existía la Palabra. En el final de este año, por el que te doy gracias por tanto don, y te pido perdón por tanta infidelidad, sigue tu Palabra caldeando mi ser. Mi tiempo, y mi ser, en tus manos. Cada día. Cada año. Por toda la eternidad.

Sagrada familia

30 de diciembre
La Sagrada Familia

Lc 2, 41-52 María conservaba todo esto en su corazón

Tu madre, Señor, me acerca hoy a la fiesta de tu familia, donde encuentra su fuente de inspiración toda familia cristiana. Guardar todo en el corazón. Guardar todo con amor, en el lugar donde hace rescoldo la vida. Lo agradable y lo angustioso; la paz y el dolor; la certeza y la incertidumbre. El mucho amor que una familia, si quiere crecer, debe destilar. El mucho amor de José hacia ti y hacia María. El mucho amor de María hacia el hombre bueno y justo, hacia ti, fruto de sus entrañas. Tu mucho amor, al Padre, a José, a María. Inclúyeme en esta dinámica de amor. Hazme hijo en tu ser Hijo.

Ahora

29 de diciembre
Octava de Navidad

Lc 2, 22-35 Ahora Señor
Ahora Señor, en este mismo momento, quiero decirte pausadamente la oración que Simeón, lleno del Espíritu Santo, proclama al recibirte en el templo: Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a mi Salador, a quien has presentado ante todos los pueblos, luz para alumbrar a las naciones, gloria de tu pueblo”.

Ser en Ti.

Santos inocentes

28 de diciembre
Los santos inocentes

Mt 2, 13-18 Herodes va a buscar al niño para matarlo

La reciente la muerte de más de veinte niños en la matanza de Newtown, Connecticut, actualiza el sacrificio de los santos inocentes. Aparentemente vivimos en una sociedad que se ha vuelto loca, y esa locura se ceba y martiriza a los más pequeños, a los débiles, a los que manifiestan alguna diversidad en su ser físico o intelectual, a los…Tú llegas para salvarnos y aparentemente las tinieblas oscurecen la luz. Pero tu luz está en todos los seres, y despunta el nuevo amanecer. Ya está brotando, ¿no lo notáis?

San Juan evangelista

27 de diciembre
San Juan, apóstol y evangelista

Jn 20, 2-8 El otro discípulo, a quien tanto quería Jesús

Tan querido por ti, Señor. Tan amado. Tan amante. En Juan todos y cada uno de nosotros somos discípulos de tu amor. En la cabeza de Juan recostamos nuestro corazón en tu costado. Con la mirada de Juan nos embebemos en tu rostro, contemplamos tu hermosura y quedamos radiantes. Con Juan escuchamos la palabra que sale de tu boca, y que sacia nuestros anhelos. Con Juan queremos ser testigos de tu resurrección.

San Esteban

26 de diciembre
San Esteban

Hechos 6, 8-10; 7.54-60 Veo el cielo abierto

Esteban ve el cielo abierto al morir como tú, Señor. El cielo que se ha abierto con tu venida. El cielo que ha destilado al justo. El cielo del que, en medio de la noche, ha brotado la sabiduría divina, en un manantial inagotable que nos zambulle hasta la vida eterna. El cielo que ve Esteban abierto es el cielo donde estás, en medio de nosotros, y que estamos llamados a contemplar. Danos ojos de fe, capacidad de entregar nuestra vida por ti y por el evangelio.