Puerta estrecha

31 de octubre
Miércoles XXX

Lc 13, 22-30 Esforzaos por entrar por la puerta estrecha

Es una puerta pequeña, incómoda, poco atractiva, que pasa desapercibida a los ojos, al deseo, a la apetencia del corazón. Y sin embargo, Señor, es una puerta que abre a horizontes de vida y de verdad, de belleza inigualable, escondida pero cierta. Es la puerta de tu presencia en medio de todo, alentando, dando vida, abriéndose para que entre sin mayor dilación. La puerta desguazada es la puerta del triunfo en la cruz, Señor. ¿Qué horror?

Grano de mostaza

30 de octubre
Martes XXX

Lc 13, 18-21 Se parece a un grano de mostaza

Todavía me asombro de la dinámica de tu reino, de su estrategia tan extraña. Como un grano de mostaza, diminuto, que no cuenta, desapercibido, inevitablemente perdido en su pequeñez, olvidado, y sin embargo va a crecer, sin que yo sepa cómo, y va a transformarse, de una manera asombrosa, inaudita, en un arbusto donde anidan los pájaros. Así es. Lleno de granos de mostaza en mi corazón, que están esperando, Señor, que tu reino los haga brotar en mi.

Alabar a Dios

29 de octubre
Lunes XXX

Ef 4, 32-5, 8 Lo vuestro es alabar a Dios

Utilizar la voz, la lengua, la boca, para cantar tus alabanzas, para proclamar tu grandeza, para bendecir tu nombre, para decir palabras de amor, sencillas y tiernas. Nada de chabacanerías, estupideces o frases de doble sentido. Nada de insultos, de críticas, de difamaciones, de dardos envenenados entre los dientes. Que nuestro hablar sea para tu gloria, para manifestar el amor que todo lo sostiene.

Retornad

28 de octubre
XXX domingo

Jr 31, 7-9 Una gran multitud retorna

Retornad, hijos de Adán, nos dice tu Palabra. Retornemos al paraíso primitivo, donde tú moras. Retornemos a nuestro ser original, a la imagen y semejanza que recibimos de ti, a lo profundo, a lo auténtico, a lo esencial, a lo que sigue estando en nosotros por puro don tuyo, al oro que nos hace joya, al espíritu que nos alienta, a la esencia que nos crea, nos recrea y enamora. Retornemos sin dudarlo a la fuente que mana y corre en nuestro interior, seamos humanidad nueva en Ti, Señor.

Misericordia VI

26 de octubre
Viernes XXIX

Ef 4, 1-6 Os pido que andéis según la vocación a la que habéis sido convocados

Buena petición. Danos conciencia de tu don, de tu llamada, de la vocación. Dame humildad, amabilidad, comprensión, capacidad de mantener la unidad del espíritu con el vínculo de la paz. La vocación de perder la vida por ti y el Evangelio. La vocación de tomar contigo la cruz y de seguirte. La vocación de desenmismarme en ti.

Misericordia V

25 de octubre
Jueves XXIX

Ef 3, 14-21 Doblo las rodillas ante el Padre pidiendo

Que por los tesoros de su gloria os conceda robusteceros en lo profundo de vuestro ser, que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, que el amor sea vuestra raíz y vuestro cimiento; así, con todos los santos, lograréis abarcar lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo; así llegaréis a la plenitud según la plenitud total de Dios.
Hago esta oración por mí, por vosotros. Y en el fondo del abismo me embarga el vértigo de saberte vida total y plenitud eterna.

Misericordia IV

24 de octubre
Miércoles XXIX

Ef 2, 2-12 el más insignificante…se me ha dado esta gracia

Me das claridad, Señor, para que sepa reconocer mi insignificancia, que ante tu luz se muestra envuelta en tinieblas y en sombras de muerte. Y con la insignificancia reconocida – tan poca cosa, tan mínimo soy, aunque aparente algo-, en el hastío de mi ego absorbente, más me pasma que tu gracia me de el regalo, ahora mismo, de anunciar la riqueza que eres, lo insondable de tu amor, que me envuelve, me consume y aletea mansamente en mi interior.

Misericordia III

23 de octubre
Martes XXIX

Ef 2, 12-22 Ahora estáis en Cristo Jesús

Es una realidad, Señor. Ahora estoy en ti, ahora, en este mismo momento. Ahora es el tiempo de salvación, ahora me abres a ti, ahora me muestras con total claridad la realidad de ser en ti. Quedeme y olvideme, el rostro recliné sobre el amado, cesó todo y déjeme, dejando mi cuidado, entre las azucenas olvidado.

Misericordia II

22 de octubre
Lunes XXIX

Ef 2, 1-10 Dios, rico en misericordia

Como si fuese una tierna y pastoral respuesta a lo que escribí ayer Pablo me escribe una carta; Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo, por pura gracia estáis salvados. Y así, Señor, me libras de mi mismo, me sacas de mi marasmo para ponerme ante la luz de tu ser que me aniquila para reavivarme.