Crecer V

8 de junio
Viernes IX

Mc 12, 35-37 La gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo.

De esto se trata, Señor: de disfrutar, de gozar, de revivir escuchando tu Palabra. Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios porque me ha revestido con un manto de triunfo y me adorna con las mejores galas, cuando de la boca brota tu Palabra. Cada vez que tu Palabra es pronunciada sobre mi, Señor, se alegra mi espíritu y se gozan mis entrañas y mi carne descansa serena.