Mirad a mi siervo

2 de abril
Lunes Santo

Isaías 42, 1-7 Mirad a mi siervo

Mirarte. Contemplare. Embeberme en la mirada con que tú me miras para entrar en la profundidad desconocida de la admiración. Préstame tus ojos; Señor, para verte sin verte, para gustarte ciego, para escucharte en la suavidad amorosa de tu palabra que me acaricia. Tu gracia en mí tus ojos imprimen. Por eso te miro, siervo sufriente, salvador del mundo, y estremecido te adoro y comparto tu dolor por la humanidad herida.