Puro corazón

29 de febrero
Miércoles I cuaresma

Salmo 50 Crea en mi un corazón puro

Cada cuatro años, Señor, nos regalas un día. Que es hoy. Día que me sirve para recordar los beneficios de tu amor en mi tiempo, el don del tiempo recibido para alabarte, para bendecirte con mi ser en el tiempo, abierto a la eternidad. Tu gratuidad constituyéndome para ti frente a mi rebeldía y la dureza de corazón que se cierran al don. Por eso, en este día de gracia, te pido: crea en mi un corazón puro, pues sin ti nada puedo, Señor.

Orar

28 de febrero
Martes I cuaresma

Mt 6, 7-15 Cuando recéis no uséis muchas palabras

Amad mucho, que decía Santa Teresa, porque no es cuestión de palabrería sino de amor. Amarte a ti sobre todas las cosas, amar al prójimo como a uno mismo, en esto consiste la oración. En estar en amor, silenciosamente, sin aparentar nada, propiamente desaparecido en la nada del amor, donde tu libas todo para el que te ama.

Venid

27 de febrero
Lunes I cuaresma

Mt 25, 31-46 Venid vosotros benditos de mi Padre

Al inicio de esta cuaresma es bueno y saludable que nos recuerdes, Señor, el decálogo de la misericordia que brota de un corazón como el tuyo. En estos tiempos de crisis económica, derivada de la crisis ética y existencial, recordemos lo que nos da la vida en ti: dar de comer la hambriento, de beber al sediento, vestir al desnudo, hospedar al forastero, vestir al desnudo…y no cerrarse a la propia carne, en la que tú te hiciste humanidad.

Desierto

26 de febrero
I domingo de cuaresma

Mc 1, 12-15 El Espíritu impulsó a Jesús al desierto

El desierto lugar del silencio, de la soledad, del abandono, del vacío, de la renuncia, de la imposibilidad, del radical despojamiento, de la tentación de ser más que Dios en el desierto. El desierto de la fertilidad de la fecundidad, del encuentro, de la seducción, del amor silencioso y solitario en compañía, de la confianza total, del aniquilamiento místico, de la cercanía del Reino de Dios. El desierto donde habitas, Señor, donde te encuentro.

Cuaresma IV

25 de febrero
Sábado después de ceniza
Salmo 85 Atiende a la voz de mi súplica

El clamor de la humanidad sufriente desgarra los corazones sensibles, rompe el cielo con su gemido ensordecedor. El clamor de los hambrientos, de los sedientos, de los que sufren discriminación de cualquier tipo, de los que viven en tinieblas y en sombras de muerte. El clamor del hombre herido, solo atendido por su mujer, por su madre, en esta Piedad actual, en Yemen. Que tu Iglesia, Señor, sea madre y mujer que atiende el desgarro de la humanidad, que venda los corazones desgarrados.

Cuaresma III

24 de febrero
Viernes después de ceniza

58, 1-9ª El ayuno que yo quiero

El ayuno que yo quiero es éste: abrir las prisiones injustas, hacer saltar los cerrojos de los cepos, dejar libres a los oprimidos: partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, vestir al que ves desnudo, y no cerrarte a tu propia carne. Carne lacerada de la humanidad sufriente.

Cuaresma II

23 de febrero
Jueves después de ceniza

Dt 30, 15-20 Elige la vida y viviréis

¿Qué significa elegir la vida para mí, Señor? ¿Qué significa elegir la vida ante ti? ¿Qué significa elegir la vida contigo? ¿Qué significa elegir la vida junto a las personas con las que vivo? ¿Qué significa vivir dando la vida? ¿Qué significa elegir la vida y desvivirme? ¿Qué significa….tanta pregunta, tanto silencio en la respuesta?

Cuaresma I

22 de febrero
Miércoles de Ceniza

II Cor 5,20-6,2 Ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación

Este es el cambio de perspectiva, la conversión a la que me llamas durante este tiempo de cuaresma que hoy comenzamos. Darme cuenta, reconocer, que ahora, hoy mismo, es día de salvación. Esa salvación, esa vida regalada, que está en el horizonte de la Pascua.  Reconocer en medio de la historia, en las circunstancia de mi día a día, de estos cuarenta días, que tu gracia lo llena todo, lo transforma todo, lo ama todo y lo lleva a la plenitud.

Guerras y contiendas

21 de febrero
Martes VII

Santiago 4, 1-10 ¿de dónde proceden las guerras y contiendas..?

Buena pregunta, que nos podemos contestar esta mañana, tras escuchar tu palabra, tras haber pedido la sabiduría de corazón. ¿De dónde proceden en mi las enemistades, las guerras, las contiendas, la sinrazón frente al otro…? Sin duda de mi propia obstinación en afirmarme, en darle alimento a mi ego, a mi deseo de sobrevivir, de sobresalir, de someter… dame capacidad de renuncia a mi mismo, hazme hombre de paz.

Amante de la paz

20 de febrero
Lunes VII

Santiago 3, 13-18 Amante de la paz

Así es la sabiduría que procede de ti, Señor, y sin ella no soy nada. Es una sabiduría vital pacífica, comprensiva, llena de buenas obras, constante, sincera. ¿Quién no quiere ser sabio así, en nuestro mundo tan lleno de necedades? Dame la sabiduría de corazón, para llevar una vida humana y plena, según tu voluntad.