Tiempo ordinario II

10 de enero
Martes I

I Sam 2 Mi corazón se regocija por el Señor

Las fiestas pasadas pretendían esto: que nuestro corazón se regocijara en el Señor, que se alegrara en nuestro Salvador, que atento a los misterios de la encarnación, entrara en una dinámica de admiración y gozo sincero. Hecho así, el eco de la Navidad nos puede acompañar cada día, y cada día será un tiempo de gracia sin cesar. Tan sencillamente y sin otra pretensión.