Sanación

1 de febrero
Martes IV

Mc 5, 21-43 Pensando que con solo tocarle el manto se curaría

Llena de confianza, llena de fe, poniendo todo su deseo de ser curada en un simple acercarse a ti y tocar el borde de tu manto, con sencillez, con ingenuidad, con un corazón limpio, con un espíritu pobre, con ansias inflamadas…Y todo ello, aparentemente tan poco profundo y sesudo, merece tu elogio y tu actuar: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud”