Llamada

21 de enero
Viernes II

Mc 3, 3-19 Jesús, mientras subía a la montaña, fue llamando a los que él quiso

Subir a la montaña, Señor, lugar de la soledad y del encuentro contigo. La montaña, lugar de tu epifanía, de tu manifestación. Lugar de la transfiguración.  Mientras subes nos vas llamando. Llamada a seguirte para compartir contigo la experiencia de la montaña, de la intimidad con el Padre, de la transformación personal, para ser apóstoles, discípulos, para ser tus auténticos seguidores.

Alegría y gozo

20 de enero
Jueves II
Salmo 39 Alégrense y gocen contigo todos los que te buscan

Alegrarse y gozar contigo, Señor, porque te busco, porque me buscas, porque sales a mi encuentro para que te encuentre, porque inicias el movimiento poniendo en mi corazón anhelos de ti, deseos de ti, y me haces salir de noche a buscar al amor de mi alma, en ansias y en amores inflamada. Al gozo y a la alegría en ti nos llamas. Gracias.

Dolido

9 de enero
Miércoles II
Mc 3, 1-6 Dolido de su obstinación

Así nos relata el evangelio que estabas frente a los fariseos, pues no comprendían lo que conduce a la vida, no lograban entender que tú propiciabas la vida curando en sábado, que derrabadas el bálsamo del consuelo de Dios sobre los que estaban heridos, sin importante nada más que restablecer al ser humano en su ser. Te dolías de su obstinación, Señor. ¿Cuál es mi obstinación ante Ti?

Dignas de estudio

18 de enero
Martes II

Salmo 110 Dignas de estudio para los que las aman

Grandes son tus obras, Señor, y allí están: delante de nuestros ojos, al alcance de nuestro corazón. Educar la mirada, aprender  a que nuestro corazón lata con ellas…son dignas de estudio y de contemplación, pues la obra nos remite a su creador, allí estás tú, en ellas te encuentro. Estudiar tus maravillas memorables, darte gracias por ellas. Ahora mismo.

A gritos y con lágrimas

17 de enero
Lunes II

Hb 5, 1-10 Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas

…presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte. Y unidos a Cristo, aún sin saberlo, tantos hombres y mujeres que sufren, que se hayan el momento más desgarrador de la enfermedad, del sinsentido, del dolor. Y se dirigen a ti, Señor, creador y dador de vida. O nuestra oración los pone ante ti, y nuestra súplica te alcanza.

Gracia y paz

16 de enero
II domingo
I Cor 1, 1-3 La gracia y la paz de Jesucristo estén  con vosotros

Este saludo  es el que continuamente escuchamos en las eucaristías, en las oraciones, en las celebraciones litúrgicas: la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y de Jesucristo, el Señor, esté siempre con vosotros. Tu gracia y tu paz, Señor, en lo constante de mi tiempo, de mi ser. Tu regalo para cada día. Tu llamada para hacerme, en ti, regalo y don, paz para los demás.

Viva y eficaz

15 de enero
Sábado I

Hb 4, 12-16 La Palabra de Dios es viva y eficaz…

…más tajante que espada de doble filo, penetrante hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos. Juzga los deseos e intenciones del corazón. No hay criatura que escape a su mirada. Tu Palabra, Señor, que cada día llega a nuestra vida y la vivifica, y la ilumina. Que acoja tu Palabra como María.

Transmisión

14 de enero Viernes I

 Sal 77 Lo contaremos a la futura generación

 Transmitir, contar, narrar tus alabanzas, las maravillas que has hecho con tu pueblo Israel, con tu Iglesia, a lo largo de la historia. Dar testimonio de ti, acontecimiento fundante de la vida.  No interrumpir la cadena de la fe, lo que oímos y aprendimos, lo que ven nuestro ojos, la verdad de la vida que nos ofreces en ti. Para que pongan en ti su confianza. Por los padres que educan en la fe te pido, Señor.

Corazón duro

13 de enero
Jueves I

Hb 3, 7-14 No endurezcáis el corazón

Escuchar tu voz debe hacer que nuestro corazón se vuelva un corazón de carne, en vez de un corazón de piedra. Tu voz, tu Palabra, que nos llama a salir de nuestro propio querer e interés para seguirte. Tu voz que nos invita a entregar nuestra vida por amor, a abandonar  los egoísmos de todo género que anidan en nuestro corazón, petrificándolo. Ayúdanos, Señor.

Orante

12 de enero
Miércoles I

Mc 1, 29-30 Se levantó de madrugada, se marchó al descampado, se puso a orar

Gracias, Señor Jesús, por tantos hombres y mujeres que se levantan de madrugada y se ponen a orar por tu Iglesia, por la sociedad, por la paz, por los enfermos, por los marginados, por los que sufren ,por los que son perseguidos, por todas nuestras necesidades. Te piden, te bendicen, te alaban, te dan gracias. Gracias especialmente por los monjes y monjas de clausura que, en sus monasterios, son el pulmón de la Iglesia.