Reflejo

10 de enero
Lunes I

Hb 1, 1-4 El es reflejo de su gloria, impronta de su ser.

Al contemplarte estamos llamados ver reflejada la gloria de Dios en tu rostro, a acercarnos al ser mismo de Dios que se ha acercado hasta nosotros, que en esta etapa de la historia nos ha hablado a través de Ti, su propio hijo. Tú, que estás al inicio de la historia, realizando todas las edades de mundo, entras en nuestro tiempo ordinario y lo llenas del ser de Dios.