Discípulo

10 de julio
Sábado XIV

Mt 10, 24-33 Un discípulo no es más que su maestro

No soy digno, Señor, de desatar las correas de tus sandalias. Y si tú, el Señor, el maestro, te has hecho pobre…¿cómo puedo ser yo rico? Si te has puesto en el lugar de los últimos…¿cómo puedo querer ser de los primeros? Si te has hecho obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz…¿cómo pretendo vivir buscando ante todo mi voluntad, esquinando la cruz? Preguntas para poner ante ti, a la luz de tu amor y tu mirada llena de misericordia.