Salmo 62 Tú eres mi Dios
Decir en sábado, en el mes de mayo, con los labios de María, este salmo que normalmente rezamos los domingos y las grandes fiestas. Decirlo consciente, saboreando de corazón cada frase, cada palabra, cada verdad que se hace deseo: tú eres mi Dios, mi alma está sedienta de ti, mi carne tiene ansia de ti, tu gracia vale más que la vida, toda mi vida te bendeciré.