16 de febrero
Martes VI
St 1, 12-18 A cada uno le viene la tentación…
…cuando su propio deseo lo arrastra y seduce; el deseo concibe y da a luz el pecado, y el pecado cuando se comete engendra muerte. Mis queridos hermanos, no os engañéis.
No me dejes caer, Señor, en tentación. Pues me arrastra. Ni en el engaño de mi propio pecado. Hazme consciente de tu misericordia, de que necesito tu perdón. Es mi oración hoy, tan a las puertas de la cuaresma.