El otro

14 de marzo
Sábado II cuaresma

Lc 15, 1-3.11-32 Un padre tenía dos hijos…

La parábola ya la conocemos, y gracias a ella sabemos de tu misericordia cuando, como hijos pródigos, nos damos cuenta de que estamos malgastando nuestra vida sin sustancia, apartados de ti. La parábola me muestra el rostro tan habitual del hermano mayor, que está siempre tan presente en mi vida. Todo lo hago como debo, soy bueno, estoy aquí, contigo, ¿por qué no me das un banquete….? Qué torpe para entender que cada día me invitas a tu banquete, Señor, y que estar contigo ya es la fiesta de mi vida.

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Cuarenta días con los cuarenta últimos: Malawi