Anunciación

21 de diciembre
Domingo IV de adviento
Lc 1, 26-38 El ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad

Es hermoso recordar, tan cerca de la Navidad, el principio de la encarnación, el mensajero de Dios en medio de nuestras calles, en nuestras casas, invitándonos a la alegría, manifestando que Dios está con nosotros, contigo, conmigo, anunciando lo que parece imposible, porque para el Espíritu de Dios esa palabra no existe, pidiendo la colaboración, escuchando “hágase en mí según tu Palabra”. Contemplo la anunciación te pido, Señor, participar de este caudal de gracia que te acoge y te encarna en la vida.