19 de noviembre
Miércoles XXXIII
Lc 19, 11-28 Te tenía miedo, porque eres un hombre exigente
En la parábola de las onzas que el noble reparte entre sus empleados, para que las negocien mientras está fuera, escuchamos esta frase en boca del que recibe una onza y no la ha puesto a producir. Te tenía miedo. El miedo que anula y que paraliza. El miedo que distancia y que esteriliza. El miedo que me aleja del amor. El miedo, Señor, que me separa de ti. “Por tu boca te condeno…” Que el amor venza al miedo en el día de hoy.