Anunciación

31 de marzo
Anunciación del Señor

Lc 1. 26-38 Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo

Este año la alegría de tu poner la tienda entre nosotros, y hacerte carne en la carne de María, viene bañada por la alegría plena de tu resurrección. Hace más de un siglo que la anunciación no se celebraba en Pascua. Encarnación anunciada,  al inicio. Pascua proclamada, como culminación de una vida compartida con la humanidad, en la que pasaste haciendo el bien. Y junto a ti, desde el principio, María, con su “Sí” a tu voluntad, a tu Palabra, a tu historia dentro de la humanidad.  Alégrate.

En común

30 de Marzo
Domingo II de Pascua

Hechos 2, 42-47 Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común

Uno de los frutos de tu Resurrección, Señor, es que todos somos uno, como tu y el Padre sois uno en la Vida, en la Luz, en el amor. Comunidad de creyentes que evitan la dispersión, el ir cada uno por su lado, el no formar un cuerpo en tu cuerpo resucitado. Tú nos unes como comunidad de creyentes que escuchan juntos tu Palabra, que celebran juntos tu eucaristía, que oran, que lo ponen todo en común y lo reparten según la necesidad.  Tú, Jesús resucitado, nos unes. ¿Nosotros nos dejamos unir?

Anunciar

29 de marzo
Sábado Octava de Pascua

Mc 16, 9-15  Fue a anunciárselo

Saber de tu resurrección y comunicarlo es todo uno. Ellos estaban de duelo y llorando y no la creyeron. Ellos fueron a anunciarlo a los demás, después de haberle visto en el camino y reconocerle al partir el pan, y no los creyeron. Y los mismos que han experimentado la duda, los que han sido reprendido por ti por la incredulidad y dureza de corazón, son enviados a anunciar el evangelio a toda la creación. Así nosotros, también, como los apóstoles. Dudamos y somos enviados.

No lo se

28 de marzo
Viernes Octava de Pascua

Jn 21, 1-14 Pero los discípulos no sabían que era el Señor

Estabas en la orilla, cuando amanecía. Siempre traes la luz, tu pascua es claridad, aleja las tinieblas y las sombras de muerte. Apareces, Señor, mientras estamos en el trabajo, mientras nos esforzamos, mientras experimentamos nuestras limitaciones, nuestra impotencia. Y tú estás ahí, aunque no sepamos que eres tú, aunque…Necesitamos, deseamos, que nos dirijas la palabra, que nos invites a echar las redes, para darnos cuenta. Necesitamos, y deseamos, que el amor, tu propio amor, nos abra los ojos para verte y reconocerte: Es el Señor.

Paz a vosotros

27 de marzo
Jueves Octava de pascua
Lc 24, 35-48 Paz a vosotros

Que seamos, Señor, hombres y mujeres de paz, que trasmiten tu paz, que la cultivan, que la ofrecen, que la donan gratuitamente, que la proclaman, que la viven y la transmiten. Tu paz en mi mirada, tu paz en mis labios, tu paz en mi corazón Tu paz en mi mano tendida y reconciliadora. Tu paz que todo lo llena y todo lo hace uno, en ti, príncipe de la paz. Tu paz que se derrama en el universo y en todas las criaturas. Tu paz crucificada, tu paz resucitada y resucitadora.

 

 

Arde el corazón

26 de marzo
Miércoles octava de Pascua

Lc 24, 13-35 ¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las escrituras?

Arde mi corazón, Señor, cuando te acercas y me dices una palabra que interpreta y clarifica mi vida; arde mi corazón cuando me paro a escucharte y me abres a la soledad sonora de tu presencia, cristalina fuente que en la bodega interior, donde me habitas, me llenas de tu semblante plateado. Arde mi corazón, Señor, y recoge en su fragilidad la llama de tu amor vivo que me consume sin pena por el camino. Arde mi corazón, Señor, en la cena que recrea y enamora. Arde mi corazón  y me haces fuego de amor porque me llamas a anunciar que verdaderamente has resucitado y te apareces en la realidad de nuestra vida.

¿Por qué lloras?

25 de marzo
Martes octava de Pascua
Jn 20, 11-18 Mujer, ¿por qué lloras?

Lloro porque se han llevado a mi Señor, y no se dónde lo han puesto; lloro la pena de amor; lloro el sin sentido de mi vidas in él; lloro el entenderme sin su presencia que todo lo abarca y todo lo llena; lloro por la plenitud a la que estoy llamado y a la que no respondo; lloro porque no hago otra cosa que llorar ausencias cuando su presencia me invita a estar alegre y dichoso; lloro por mi mismo, por no ser capaz de salir  mis tumbas cuando, como María, oigo mi nombre, tras la pregunta: ¿por qué lloras? Lloro porque me cuesta  decir con mi vida:¡¡¡Maestro….!!!

Alegraos

24 de marzo
Lunes octava de pascua
Mt 28, 8-15 Jesús les salió al encuentro y les dijo, alegraos
Alégrate, Iglesia, porque Cristo está en ti resucitado, Señor y dador de vida, luz de luz. Alégrate, creyente, porque has sido llamado a vencer a la muerte, porque Cristo resucitado sale a tu encuentro y te dice: no tengas miedo. Alégrate porque el Señor está tan cerca de ti, tan dentro de ti, en lo más habitual de tu vida, que está, hoy y siempre,  ofreciéndote la salvación en lo cotidiano. Alégrate, porque estás llamado a luz y a la vida en medio la muerte y la oscuridad.

Resucitó

23 de marzo
Domingo de pascua

Jn 20, 1-9 Hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos

Ir al sepulcro al amanecer, aún oscuro, y no entender. Ver el sepulcro vacío y no entender.  Anunciar a los demás lo visto y la confusión. Correr hacia la tumba, ver las vendas, no entrar… no entrar. Y de pronto, junto a Pedro, ver y creer. Ver y entender más allá de toda comprensión. Ver con desde el interior más profundo, ver y no necesitar explicación porque lo visto llena e ilumina. Así quiero el don de ver tu resurrección, y de entender tu vida que me da la vida, Señor, Dios mío.

Viernes santo

21 de marzo
Viernes Santo

Salmo 30  Tú eres mi Dios

 Porque tú eres mi Dios. Mirarte en la cruz. Ir más allá de la mirada. Contemplar desde el corazón. Sin palabras. Latiendo de amor. Saber, más allá de toda sabiduría, que junto a  tu cruz, en tus manos crucificadas, abiertas y redentoras, encomiendo mi espíritu. Acogerme junto a ti; confiar en ti; esperar en ti. Crucificado. Y dejar que me digas, que me muevas, que me unas a ti. A tu vida, y a tu muerte en cruz. Cada día. Amén.