Fin de año

31 de diciembre
Octava de Navidad
Jn 1, 1-18 Hemos contemplado su gloria
¿Este año 2007 que hoy termina he contemplado tu gloria? ¿He visto tu paso  y tu presencia en mi vida?
Quizá sea un buen momento, hoy, dedicarle diez minutos ( ¿de dónde saco diez minutos hoy, fin de año, con tanto que tengo que hacer y preparar?) para darte gracias, Señor, por todo lo que he recibido de ti; para pedirte perdón por tanta infidelidad con la que respondo a la desmesura de tu amor. Para pedirte que me sigas dando el don de la fe.

Sagrada Familia

30 de diciembre
Sagrada Familia
Col 3, 12-21 Como elegidos de Dios…

Como elegido por ti quiero escuchar tu palabra y aplicarla a la vida de mi familia, de los que tengo más cercanos, de mi comunidad…

…vestíos de la misericordia entrañable, bondad, humildad, dulzura, comprensión. Sobrellevaos mutuamente y perdonaos cuando alguno tenga quejas contra otro. Por encima de todo el amor, que es el ceñidor de la unidad. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; Sed agradecidos. Que la palabra de Cristo habite en toda su riqueza entre vosotros.

Irse en paz

29 de diciembre
Octava de navidad

Lc 2, 22-35 Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo irse en paz

La paz del saberte presente en medio de nuestra historia y nuestra vida; la paz del haberte reconocido con estos ojos que se han de comer la tierra y, sin embargo, si te ven a ti te seguirán viendo en gloria y esplendor. La paz del que reconoce tu luz como la que ilumina el mundo, la luz interior que me ofreces, que ya me das, porque me haces tuyo. Tu paz, Señor, que he cantado en la noche de paz. ¿Qué paz recibo de ti?

Santos Inocentes

28 de diciembre
Santos Inocentes

Mt 2, 13-18 Un grito se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes

La madre llora a su hijo, a sus hijos, junto a la cruz del mundo. Inocentes que mueren de hambre, que son desplazados, que sufren la falta de higiene, de salud, de medios culturales. Hijos e hijas de nuestro mundo maltratados, prostituídos en la degradante esclavitud sexual infantil,  padeciendo los  horrores de la guerra, presos de nuestra sociedad de consumo, del placer, de la abundancia que esclaviza, que margina…carentes de afectos, llenos de todo y de nada….santos inocentes de nuestra sociedad, de nuestro mundo…Su madre rehúsa el consuelo, porque ya no viven.

San Juan Evangelista

27 de diciembre
San Juan Evangelista
Jn 20, 2-8 Entonces entró también el otro discípulo….

Entró, el que había llegado primero al sepulcro, el que había corrido como loco de amor, con el corazón desbocado, no lo puedo creer, no está su cuerpo amado, se han llevado su persona y las mujeres no saben donde lo han puesto. Vio y creyó pues el amor es capaz de abrirse, desde el deseo, a otra realidad que ni el ojo vio, ni los oídos escucharon, ni las manos tocaron, ni el tacto tocó, ni la mente es capaz de alcanzar. Otra realidad que es, que está en tu interior.  La realidad que supieron ver los pastores en Belén, en un niño, y el discípulo amado en un sepulcro vacío. Vio y creyó.

 

San Esteban

26 de diciembre
San Esteban

Salmo 30 A tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu
A tus manos…en tus manos…es una oración que repito cada día, normalmente con las palabras del beato Carlos de Foucauld: “Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias”. En tus manos de niño que se abre a la vida; en tus manos de crucificado que se abren para abrazar a la humanidad; en tus manos de Padre, que todo lo acarician con tu amor; en las mismas manos que se puso Esteban, el primer mártir, unido en la vida y en la muerte a ti. Porque en tus manos, Señor, abandonado en ti, todo tiene sentido.

Palabra y luz

25 de diciembre
Misa del día

Jn 1, 1-18 La Palabra era la luz verdadera

Tu Palabra, Señor, que nos llega cada día nos llega hoy de una manera especial. En medio de los trajines y afanes de este día de Navidad, en medio de las celebraciones, de las reuniones familiares, ¿qué lugar hemos reservado para tu Palabra, hoy? ¿Ha encontrado sitio en la posada de nuestra vida? Tu Palabra que es luz verdadera, que se ha hecho carne y que ha acampado entre nosotros. Tu palabra, con la que contemplamos tu gloria. Nos has dicho tu Palabra, Señor, y somos salvos.

 

 

Aurora

25 de diciembre
Misa de la aurora

Lc 2, 15-20  Encontraron a María, y a José, y al niño acostado en el pesebre

Concede, Señor, a los que vivimos inmersos en la luz de tu Palabra hecha carne, que resplandezca en nuestras obras la fe que haces brillar en nuestro espíritu. Que te encontremos cada día, pues tú nos buscas y vienes a nosotros.

Tu gloria

25 de diciembre
Misa de Medianoche

Tt 2, 11-14 Ha aparecido la gracia de Dios
Tu gracia y tu bondad. Tu gracia en niño pequeño. Tu gracia en medio de la noche, de las tinieblas, del sin sentido. Tu gracia, Señor, que se manifiesta en Jesús hijo de María, nacido en un portal. ¿Qué pensarían los pastores? ¿Qué sentirían en su corazón cuando un ángel les sobresaltó en la noche y les dijo en mensaje que me sigue conmoviendo cada navidad: os ha nacido un salvador, el Mesías, el Señor?

Víspera

25 de diciembre
Misa vespertina de la Vigilia
Is 62, 1-5 Los pueblos verán tu justicia y los reyes tu gloria

Tu justicia, Señor, que es misericordia. Tu gloria que es cercanía y salvación, increíblemente. Tu poder de transformar nuestra vida y nuestra historia, ofreciéndonos, desde el interior de la humanidad, lo mejor que hay en nosotros: la luz, la fuerza de salvación, la alegría, el gozo…Tu justicia, Señor, que me devuelve al estado en el que me creaste: imagen y semejanza tuya, que me regalas, de nuevo, en Cristo Jesús. Que viene, ¿no lo notáis?