Palabras

28 de abril
Sábado III de Pascua

Jn 6, 60-69 Tú tienes palabras de vida eterna

Tú, Señor, a quien me dirijo cada día, tú que estableces una relación personal conmigo, una relación real, afectiva y efectiva, una relación que se sirve de tu Palabra para hacerme conocer que me llamas a vivir de tu luz perpetua, que me das esa luz y la pones en mi interior, la luz de tu palabra que es lámpara para mis pasos y luz en mi sendero. Por tu nombre, con tu palabra, dirígeme y guíame, Señor. Ayúdame a acoger lo que me dices como hizo María.